domingo, 1 de febrero de 2009

Caricias

Chico.- Estoy en blanco. Me he quedado en blanco. En blanco. Te he hecho una pregunta y no me has respondido. No sé como nos puede gustar tanto perder el tiempo de esta manera. Me llamas, me llamas, me llamas casi cada día y me repites lo siempre mismo: que vaya a verte; ya se que eres la mejor cocinera del mundo, no lo dudo, no lo he dudado nunca, si supieras la propaganda que hago de ti por ahí, no creerías que lo que digo de ti son palabras mías. Y yo hago alguna concesión y vengo a verte: pero no sé porque me quedo aquí tanto tiempo, quizá por masoquismo, ¿sabes lo que significa?, si, seguro que si sabes lo que significa sádico, sabrás también lo que significa masoquista; no, no, no te asustes, me he quedado en blanco porque no sé por qué algo está impidiendo que me vaya de aquí sin que antes me hayas respondido: espero tu respuesta de la misma manera que esperabas ansiosamente, desesperadamente mi pregunta; y tengo que aguantar toda una cena insoportable –buenísima, no digo que no-, pero lenta y pesada, llena de tus discursos vanos, vacíos… Nos podemos ahorrar la molestia, a partir de hoy, hazme caso: eso de quedarme en blanco, mamá, no me gusta, me pone enfermo; te digo que me hagas un café y no me lo haces, y el tiempo se estira y todo es inútil, por que en realidad estás esperando y yo estoy esperando y esperar cansa y pone enfermo, todo se detiene y nos hace daño, nos hecha a perder. Por eso, esta vez no desvíes la respuesta, no te hagas la sorda., por qué quiero irme de aquí cuanto antes mamá, y no te preocupes, volveré, volveré otro día, quizás otra semana, quizá otro año, porque soy tu hijo. Cuanto quieres.
Mujer.- Diez mil
El Chico saca billetes de la cartera
Chico.- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis siete, ocho, nueve
Mete los billetes en el escote de la mujer violentamente
Chico.- Los otros mil… te los daré otro día
Mujer.-Gracias hijo
Chico.- Una cena estupenda
Mujer.- El café te lo tomas fuera, ¿verdad?
Chico- Sí
Mujer.- Es que tengo que tomarme la pastilla y ya sabes que me entra un sueño terrible
Chico.- ¿Hay alguien que me entienda, en este mundo?
Mujer.- Yo, hijo, yo
Silencio
Mujer.- Adiós, hijo
Chico.- Adiós
Mujer.- Te llamaré mañana
Chico.- Si estoy follando no lo cogeré
Mujer.- ¿Ahora que te vas empiezas a bromear?

Caricias, un Texto de Sergui Belbel
Fragmento

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